‘Las ciudades invisibles’ de Italo Calvino
A través de Las ciudades invisibles de Calvino realizamos un viaje por un territorio conocido, el de las ciudades modernas, enriquecido por la imaginación literaria de su autor y por la influencia de la obra de Jorge Luis Borges.
En Las ciudades invisibles no se encuentran ciudades reconocibles. Son todas inventadas; he dado a cada una un nombre de mujer; el libro consta de capítulos breves, cada uno de los cuales debería servir de punto de partida de una reflexión válida para cualquier ciudad o para la ciudad en general
–Nota preliminar
Con estas palabras Italo Calvino introduce el libro que nos atañe en estas líneas. Nació en Cuba un 15 de octubre de 1923, donde vivió hasta 1925, ya que sus padres, de origen italiano, decidieron trasladarse nuevamente a Italia, específicamente a la ciudad de San Remo.
En 1941 ingresó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Turín, pero al poco tiempo estalló la Segunda Guerra Mundial y debió interrumpir sus estudios. En 1943, fue llamado al servicio militar, del cual desertó. Acabada la guerra, se mudó a Turín, donde colaboró con algunos periódicos, además se matriculó en la Facultad de Letras y se afilió al Partido Comunista Italiano. Por estas épocas de su vida tuvo contacto con el mundo de la creación literaria, figuras como los escritores Cesare Pavese y Elio Vittorini, además de su trabajo con la editorial Einaudi, fueron influencias determinantes en su proceso de creación personal.
En un primer momento Calvino, al igual que muchos otros escritores jóvenes posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se vinculó con el movimiento del neorrealismo italiano. Fruto de este periodo fue una novela llamada El sendero de los nidos de araña (1947). Luego evolucionó a un periodo denominado fantástico, donde la obra más representativa es la trilogía Nuestros antepasados, que incluye los títulos El vizconde demediado (1952), El varón rampante (1957), y El caballero inexistente (1959). Estas obras se caracterizan por ser fábulas acerca de personajes que podrían considerarse una alegoría sobre lo absurdo de la sociedad contemporánea del autor.
Es al tercer periodo, denominado combinatorio, al que pertenece Las ciudades invisibles (1972), acompañada por otras obras como El castillo de los destinos cruzados (1969) y Si una noche de invierno un viajero (1979). Entre los autores que lo influyeron en este periodo se encuentra Jorge Luis Borges, siendo este una importante referencia para Las ciudades invisibles: motivos recurrentes borgeanos como los espejos, los laberintos, la biblioteca, el ajedrez o la infinitud del espacio/tiempo –por citar algunos– se encuentran a lo largo de las descripciones de cada ciudad presentada en el texto. Por ejemplo, así se describe el deambular por la ciudad de Ipazia:
No me quedaba sino interrogar a los filósofos. Entré en la gran biblioteca, me perdí entre anaqueles que se derrumbaban bajo las encuadernaciones de pergamino, seguí el orden alfabético de alfabetos desaparecidos, subí y bajé por corredores, escalerillas y puentes. En el más remoto gabinete de los papiros, en una nube de humo, se me aparecieron los ojos atontados de un adolescente tendido en una estera, que no quitaba los labios de una pipa de opio.
—¿Dónde está el sabio? —El fumador señaló fuera de la ventana. Era un jardín con juegos infantiles: los bolos, el columpio, la peonza. El filósofo estaba sentado en la hierba. Dijo:
—Los signos forman una lengua, pero no la que crees conocer.
Comprendí que debía liberarme de las imágenes que hasta entonces me habían anunciado las cosas que buscaba: sólo entonces lograría entender el lenguaje de Ipazia
–III. Las ciudades y los signos. 4
En el fragmento anterior la acción se ubica en una biblioteca descrita como un lugar de grandes dimensiones –lo que nos remite al relato “La biblioteca de Babel”, parte del libro Ficciones (1944) de Jorge Luis Borges– donde esta se presenta como una especie de universo. Calvino muestra además la biblioteca casi como un laberinto, ya que indica que el viajero casi podría perderse en la misma.
En otra descripción de una ciudad, Calvino remite a la idea borgeana de la infinitud presente en un solo espacio, tema que Borges desarrolla en relatos como “El aleph” o “El libro de arena”. Calvino presenta una ciudad bajo el título “VI. Las ciudades y el cielo. 1” –la cual decide denominar Eudoxia– cuya particularidad estriba en que se dice que podría estar contenida en un tapiz. Marco Polo indica que se consulta a un oráculo acerca de la relación del tapiz con la ciudad, sobre lo cual este responde que uno de los dos es una creación divina y el otro solamente su reflejo, apenas comparable dado que este es de creación humana. Marco Polo interpela al lector indicando que tal vez Eudoxia es el verdadero mapa del universo, frente a la opinión del oráculo que cree más bien en el carácter divino del tapiz. Estas alusiones al universo Borges nos demuestran la gran admiración que poseía Calvino hacia el genio argentino.
Las ciudades invisibles se presenta como una divagación acerca de los problemas e impresiones que pueden surgir alrededor de la ciudad moderna. Tanto las virtudes como los defectos de las grandes metrópolis son presentadas en las páginas del libro. A través de sus líneas nos sentimos interpelados porque muchas de las reflexiones del texto nos tocan ya que, como habitantes de ciudades caóticas y congestionadas, oscilamos entre el amor y la aversión a las mismas a través de sus calles y vericuetos. El mismo Calvino reflexiona al respecto y nos interroga con la siguiente pregunta:
¿Qué es hoy la ciudad para nosotros? Creo haber escrito algo como un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana y Las ciudades invisibles son un sueño que nace del corazón de las ciudades invivibles.
–Nota preliminar
La ciudad se presenta como un espacio donde se divaga acerca del ser humano mismo y de la sociedad en la cual está inmerso. Se realiza una crítica al ritmo acelerado de la ciudad que el hombre moderno ha construido: un lugar donde el consumo acelerado afecta la calidad de vida de los individuos, donde se malgastan los recursos, se mercantilizan las relaciones y se producen desechos de manera exacerbada.
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Muy buen comentario sobre las ciudades invisibles de Italo Calvino. Lo estoy leyendo y descubro distintas visiones sobre las distintas ciudades. Estamos presentes en un diálogo imaginario los lectores y el autor. El Khan y Marco Polo.
Estupendos relatos de Ciudades imaginarias tan reales que nos invitan a recordar tantos viajes, lugares, ciudades…. y también a hacernos un gran viaje hacia nuestro interior.