Publicaciones sobre Ebooks

‘Solaris’ de Stanislaw Lem

‘Solaris’ se presenta como una alegoría de los límites del ser humano: sea como aquel otro insoslayable o como ese océano insondable que es el “yo”. Representa aquello que nos excede, que nos desborda y, como tal, aquello que alimenta nuestros deseos por conocer lo desconocido.

‘El revés y el derecho’ de Albert Camus

‘El revés y el derecho’ es el primer libro de Albert Camus. Veinte años después de su primera publicación se reedita con un prefacio que le permite al autor reflexionar sobre el anverso y el reverso de la condición humana y de su propia obra.

‘El Crack-Up’ de Francis Scott Fitzgerald

‘El Crack-Up’ es una recopilación de ensayos, apuntes, reflexiones, correspondencia y artículos que escribió Scott Fitzgerald. Es una lectura imprescindible no sólo para los apasionados de Fitzgerald, si no para cualquier amante de lo literario.

‘Lolita’ de Vladimir Nabokov

‘Lolita’ es un clásico de la literatura del siglo XX, una obra transgresora para su época que suscitó una gran polémica. ¿Pero no son de una invaluable cualidad estética muchos textos que exhiben la perversión humana?

‘La palabra del mudo’ de Julio Ramón Ribeyro

Observaba el mundo con gran curiosidad, Ribeyro posaba su mirada en todo: imágenes, escenas cotidianas, anécdotas, experiencias propias.

Hace poco que conocí a Julio Ramón Ribeyro, y cuando digo “conocer”, me refiero al escritor a través de su obra, a Julio, posiblemente, quien sabe, lo vi, quizá nos saludamos en otras realidades. Nació en Lima, Perú a principios del siglo pasado (1929) y murió el año que recibió el Premio Juan Rulfo (1994). Tal vez tenga que recurrir a la imaginación para describirlo, tal vez tenga que recurrir a sus cuentos para hablar del escritor, tal vez ambos…

Veo las fotos publicadas en algún periódico limeño que le rindió homenaje, y parece que era pequeño o de estatura media; eso sí, flaco como una rama seca, hombre enjuto de sonrisa franca, mirada nostálgica, pero inteligente.

Me imagino que Ribeyro era una persona, tal vez callada, tal vez no, pero sí bastante observador. Mirada de escritor, es decir se concentraba en detalles que para el resto de las personas pasaban desapercibidos. El mundo que le rodeaba era observado con bastante curiosidad, Ribeyro posaba su mirada en todo: imágenes, escenas cotidianas, anécdotas, experiencias propias o ajenas, situaciones cómicas o crueles o extrañas, y todo esto le servía de inspiración para escribir sus cuentos.

Esta mañana releía la introducción que realizó este escritor a La palabra del mudo, libro dividido en dos volúmenes que recopila toda su obra cuentística. Se me quedaron grabados dos momentos específicos de esta lectura, el primero cuando este escritor recuerda a los jóvenes que está bien escribir lo que está sucediendo en ese momento, pero, les recomienda, que no se olviden que las obras literarias son anacrónicas. El otro momento es cuando el escritor expresa que sus cuentos son el reflejo de su vida y del mundo que le rodeaba, y a mi parecer no se enfocaba en temas o situaciones específicas de su vida, sino en la variedad. Anacronía y variedad temática, dos características que describen a la perfección la cuentística de este escritor.

Las historias de sus relatos son atemporales, pudieron suceder en los años cuarenta o en los cincuenta como también en nuestra época actual. Creo que por eso se mantienen frescos cuando el lector los lee.

Si tuviese que clasificar estos relatos tendría que recurrir a algunos términos que utiliza la crítica literaria, aunque la intención final es diferente. Mi intención es muy subjetiva, mi intención es compartir con el lector por qué disfruté cuando leí estos relatos. En la narrativa de Ribeyro hay cuentos realistas, otros fantásticos o inexplicables, están aquellos donde se yuxtaponen lo real y lo inverosímil, otros son irónicos, hay algunos que ridiculizan a los protagonistas o las situaciones en las que se encuentran. Hay algunos cuentos que son extraños, más oníricos o con sentido ocultista.

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‘Sobre el dibujo’ de John Berger

John Berger escribe con pasión, conocimiento y experiencia sobre el dibujo, su primer gran amor creativo.

John Berger nació en Londres en 1926 y murió en París, a los 90 años de edad, el 2 de enero de 2017. Es recordado como uno de los críticos de arte más celebres del siglo XX y es autor de la obra Modos de ver (1972) que revolucionó la teoría del arte y se convirtió en un popular programa de televisión que él mismo presentó. A los 6 años de edad fue enviado por sus padres a un internado del que se escapó a los 16 años para estudiar arte en Londres. Comenzó sus estudios de dibujo en 1942 pero pronto, entre 1942 y 1946 se enroló en el ejercito británico y participó en la Segunda Guerra Mundial. A su regreso a Gran Bretaña, desde los 20 a los 30 años, ejerció como profesor de dibujo, al mismo tiempo que trabó vínculos con el Partido Comunista Británico y comenzó a escribir en la revista Tribune bajo la supervisión de George Orwell. Entonces decidió abandonar la pintura y dedicarse a escribir a tiempo completo destacándose como crítico marxista y defensor del realismo. Él ha sostenido que fue la situación política del momento lo que le impulsó a tomar este camino y no tanto su desinterés por la práctica artística.

El libro titulado Sobre el dibujo (Editorial Gustavo Gili, 2007) presenta una colección de textos sobre el que fue su primer amor, al que ha dedicado mucho tiempo de experiencia sensible, de reflexión y de reveladora escritura.

Nos dejaremos llevar, guiados por la clara prosa de Berger, por su singular y orgánica selección de observaciones, que nos permitirán hacer un recorrido –no sin asombro– desde el más remoto pasado hasta el más apremiante presente. Desde los albores de la especie humana hasta el significado del dibujo al natural, de la obra de dos artistas como Watteau y Van Gogh que ilustraron como pocos con su vida y su arte la fugacidad de la vida y el enamorarse de la sencillez de lo existente, desde la relación entre imagen y palabra hasta el gran debate que debería estar mucho más presente hoy día entre el dibujo y la fotografía.

Dibujar como niños

Dibujar en la escuela es algo que nos parece hoy día habitual pero es históricamente reciente. Viene dado por la influencia de la revolución pedagógica que se inició en el siglo XIX y se impuso en los sistemas educativos en el siglo XX. En algún momento de nuestra infancia hemos dibujado como niños y lo hemos hecho antes de empezar a escribir y a leer. Algunos padres fomentan en el niño el dibujo como juego, al mismo tiempo que pedagogos y psicólogos han destacado su valor. Aunque lamentablemente, este aprendizaje no se mantiene en muchos casos cuando debemos aprender otras materias que se entienden como más relevantes para la futura vida profesional.

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